La transformación de viajar como pilar fundamental de la experiencia de viaje, responde a la tendencia de ¨viajar sin prisa¨, desprendida del movimiento de Slow Travel. Una nueva filosofía para quienes entendemos que viajar es una forma de huir de la velocidad y reconectar para volver a disfrutar de nosotros mismos y del destino que visitamos.
Tiempos de espera eternos en aeropuertos, largas filas para realizar trámites de migraciones, itinerarios ajustados para cumplir con el mandato de visitar cinco ciudades en una semana y compartir la foto de cada una de ellas en las redes sociales como sello de un pasaporte. Todo confluye a que al regreso de los viajes, debamos tomar vacaciones de las vacaciones. La pregunta es: ¿para qué o para quién viajamos?
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