Escocia ha sido la cuna del golf por excelencia y Gleneagles la perla escondida en las colinas de Ochil, destino de lujo por más de un siglo para los amantes de la naturaleza, el relax y el golf. Mi visita al castillo de Gleneagles ha sido en el marco de una invitación realizada por la prestigiosa marca Moet Hennessy, donde una vez más quedó demostrado que bienestar también es disfrutar del placer de una buena copa de champagne.
A tan solo a una hora de distancia entre los aeropuertos de Glasgow y Edimburgo y con su propia estación de ferrocarril, este castillo emplazado en el corazón de Escocia, ofrece la escapada perfecta para los amantes del golf y el relax. Otras actividades como la pesca o la posibilidad de vivir una aventura Real al participar de una típica cacería británica, entrenar perros de caza y hasta deleitarse con una cena en su restaurante galardonado con dos estrellas Michelin sin pasar por alto el paso por el spa conforman la escapada jamás pensada en un viaje por el Reino Unido.
De 1910 a la actualidad
Apenas se ingresa al hotel, se comprende por qué su creador, Sir Donald Matheson, gerente general de la compañía Caledonian Railway quedó cautivado con la locación y visualizó el ¨Grand Hotel donde hoy se emplaza Gleneagles que años más tarde, se convertiría en la estancia obligada para los amantes del golf.
Si bien su proyecto quedó trunco durante los años que azotaron la Primera Guerra Mundial; en 1919, fueron inaugurados los prestigiosos campos de Golf: The King’s and Queen’s, diseñados por el reconocido golfista James Braid. No fue hasta 1924, que el hotel vio la luz y se consagró rápidamente como ¨La Riviera de los Highlands¨. Si bien durante la Segunda Guerra Mundial, la lujosa propiedad fue devenida a hospital militar, en 1947, fue reinaugurada con la impronta que mantiene hasta nuestros días. Cada suite conserva en cada rincón, un estilo chic-campestre sin dejar de brindar, las herramientas tecnológicas necesarias para una experiencia perfecta, en un entorno perfecto.
Luxury Spa Resort – único en Escocia
El Spa en el Gleneagles ha sido galardonado como Luxury Spa Resort por el grupo Leading Hotels of The World, único spa en Escocia bajo esta denominación.
Sus instalaciones ofrecen unos de los entornos más acogedores jamás visto. Cada rincón fue pensado para desconectar la mente y reencontrarse con uno mismo en un ambiente sereno y del más sofisticado estilo británico. Sillones en colores tierra y mantas de tartans escoceses rodean las chimeneas que invitan a disfrutar del relax antes de desintoxicar el cuerpo en los saunas con vistas a la piscina de aguas termales.
Gleneagles Spa Signature Rituals – Activos naturales del entorno
Conocer los rituales signature de cada spa es parte de una ardua tarea. No obstante, bien vale el sacrificio para transmitirles que este lugar merece un altar en el paraíso.
The Source, es un exclusivo momento compuesto de mágicos ciento veinte minutos, ideal para revitalizar y balancear nuestra mente y cuerpo en base a los activos, propios de las aguas y colinas de Perthshire.
La experiencia relajante de pies a cabeza comienza una breve reflexología en los pies con miel escocesa y piedra del río local, seguida por una exfoliación y envoltura con hierbas de la campiña a base de lavanda para finalizar en un relajante masaje capilar. El reloj parece detenerse en el tiempo y la sensación de desintoxicación mental permanece hasta el final de la travesía.
De la experiencia Moet Hennessy al paladar Michelin
Bajar a la cava, entrar entre penumbras y descubrir la experiencia Rosé Moet Hennessy a través de pequeñas cucharas de caviar que ofrecen el exquisito rose frozen Dom Perignon es un lujo que el paladar jamás olvidará.
Para continuar la noche, el chef y el sommelier se fusionan en un maridaje perfecto de sabores en cada plato creado en The Strathearn, el restaurante galardonado por dos estrellas Michelin, ambientado en el glamoroso ambiente Gleneagles.
Gleneagles es mucho más que un hotel, es pequeño trozo de paraíso en medio de las colinas de Escocia que invita a descubrir cada componente de la tradición de este maravilloso país que comenzó cuando un loco llamado William Wallace le demostró al Rey Eduardo I de Inglaterra que Escocia tenía todo para ser independiente.
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