Cincos puntos azules se destacan en el mapa por contar con una población que alcanza no solamente los 100 años de vida, sino además se encuentran activos hasta los 80-90 años. Nueve son los factores que contribuyen a que la población de estas zonas alcancen la longevidad, entre los que se destacan una alimentación saludable, actividad física no forzada, bajos niveles de estrés, contacto con la naturaleza y los seres queridos.
El año pasado, me tocó plantear un spa en Nicoya, la ciudad principal de la provincia de Guanacaste, en Costa Rica. Tal como hago cada vez que encaro un nuevo proyecto, comienzo estudiando la zona, su población, sus creencias y cultura, comprendiendo que el bienestar es mucho más que el spa de un hotel con instalaciones bonitas y equipamiento de última generación. Fue entonces, donde descubrí que Nicoya era una de las zonas azules del planeta donde su población alcanzaba un esperanza de vida que podía llegar hasta los 100 años.
Comencé a estudiar el tema y descubrí un estudio de Dan Buettner, un explorador y periodista de National Geographic, que en 2005, detectó cinco zonas en diferentes lugares del planeta donde sus habitantes tenían la esperanza de vida más larga que la media. Butter marcó estos puntos en bolígrafo azul sobre el mapa, basándose además en que sus poblaciones aplicaban los mismos hábitos que no solo contribuían con la longevidad sino además, agregaban calidad de vida a los años.
La isla de Okinawa en Japón, la Península de Nicoya en Costa Rica, la Isla de Icaria en Grecia, Loma Linda en California, Estados Unidos y la montañosa región de Barbagia en Cerdeña, Italia, son el escenario de los nueve hábitos en común que tienen sus comunidades para llegar a los 100 años.
Los 9 Wellness - tips que tienen en común las cinco zonas azules tan distintas entre sí:
Alimentación basada en plantas: verduras, frutas, granos y semillas constituyen los ingredientes esenciales en las dietas de los habitantes de estas zonas, quedando reducida la ingesta de carnes a una escasa porción. Leche de cabra, berenjenas, tomates y habas cultivadas en sus propias huertas reducen los niveles de colesterol, aumentan el calcio, como así también los polifenoles del vino local, antioxidante, favorece la salud cardiaca.
Movimiento natural: alejados de los gimnasios y fuertes entrenamientos, la población de las zonas azules, mantiene altos niveles de actividad física y realiza con frecuencia trabajos manuales. Por ejemplo, los pastores de Cerdeña caminan más de 8 kilómetros al día y en subida dada a la posición geográfica de los pueblos. Reemplazan el automóvil por la bicicleta, las pesas por las palas para trabajar la tierra y se mantienen en constante movimiento reduciendo el sedentarismo.
Propósito de vida: los okinawenses llaman a este proceso "Ikigai" y los nicoyanos "plan de vida". Según este principio, saber por qué te despertas en la mañana te hace más feliz . tener un propósito por el cual levantarse cada mañana, significa tener un impulso en la vida, una razón nueva para vivir cada día.
Reducción del stress: estas comunidades reducen sus exposiciones al stress notoriamente en comparación de las grandes urbes. Viven una vida ¨slow¨ donde alejados de las tensiones logran equilibrar naturalmente su bienestar físico y mental.
“Hara hachi bu”: su traducción en japonés en ocho partes del vientre y se traslada al método asiático que propone comer hasta saciar la capacidad del 80% del vientre. Es decir, finalizar la ingesta de alimentos de cada comida, quedando con un poco de hambre. Comer moderadamente es sinónimo de ¨comer para vivir y no vivir para comer¨-.
Consumo moderado de alcohol: el famoso aperitivo italiano o vino de las 5PM para la comunidad más longeva de Cerdeña que se reúne en este horario a beber un vino rico en flavonoides, extraído por ellos con uvas de la zona que retrasa el envejecimiento prematura de las células.
Pertenencia: el identificarse como parte de un grupo que comparte una misma práctica espiritual, puede colaborar a prolongar la longevidad en 15 años. No necesariamente se trata de pertenecer a una comunidad religiosa. Independientemente si se practica el catolicismo, judaísmo, islam, lo importante es tener una creencia y pertenecer a un grupo con los mismos ideales.
La tribu correcta: se trata simplemente de reunirse con las personas correctas. Una tribu que comulgue con los mismos hábitos saludables. Alimentación, prácticas de yoga, meditación, actividad física y demás hábitos que nos ayuden a mejorar la calidad de vida. Estos círculos nos ayudan a mantener nuestras sanas costumbres y son de gran contención para mantener prácticas saludables.
Vínculos: el mismo estudio dejó en evidencia que alimentar y mantener vínculos con las familias y/o con amigos que más que amigos nos familia, nos llevan a llevar una mejor calidad de vida. El compartir, dar y recibir amor ayuda a extender la calidad de vida.
Al estudiar sobre los pilares de las zonas azules, mi mente recordó mi primer viaje a Italia con mi familia, allá por 1989, donde mi padre regresó a Favaleni, un pequeño pueblo de su Calabria natal, en Italia, luego de haber emigrado a la Argentina. En este pueblo, sus habitantes vivian una vida simple pero muy feliz. Tenían un propósito de levantarse a la mañana, trabajar el campo, caminar por el pueblo, cocinar deliciosos platillos mediterráneos y por supuesto compartir una copa del vino que ellos mismos realizaban con sus familiares y amigos por las tardes. ¿Y saben qué? su población era muy longeva! Luego de 40 años de haber partido, mi padre pudo reencontrarse con los integrantes más ancianos de la familia y todos con una vitalidad difícil de creer. ¿Será que el mundo tiene más de 5 zonas azules y simplemente se trata de vivir una vida un poco menos acelerada, alimentarse saludablemente, moverse en forma natural, gestionar el estrés y generar vínculos que perduren en el tiempo?
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