El azúcar mascabo ha cobrado importante protagonismo entre quienes buscan comer cada día un poquito más sano, eliminando alimentos procesados y endulzando infusiones y comidas con el más sagrado de todos los azúcares.
De color caramelo y menos refinada que el resto del azúcar, el azúcar mascabo se extrae del jugo de la caña de azúcar y se deja evaporar. Ese residuo seco remanente con sabor a café, deviene en este tipo de azúcar.
Es decir, es precisamente el proceso de elaboración y de refinamiento lo que determina el tipo de endulzantes:
azúcar moreno: se obtiene del jugo de la caña de azúcar sin refinar ni procesar y su color se atribuye a una película de melaza que envuelve cada cristal y contiene entre 96 y 98% de sacarosa.)
azúcar mascabo: (tiene melaza en su constitución, no es igual que el azúcar negro que simplemente tiene restos pero es refinada)
azúcar rubio: menos oscuro que el azúcar moreno y con mayor porcentaje de sacarosa.
azúcar blanco: contiene 99,5% de sacarosa.
azúcar refinado o extra blanco: el más puro de todos, contiene entre un 99,8 y 99,9 % de sacarosa y se ha cristalizado dos veces con el fin de lograr su máxima pureza.
El azúcar mascabo es un tipo de azúcar que conserva los nutrientes originales del jugo de caña, como antioxidantes, vitaminas del complejo B, minerales como el potasio, el magnesio, el hierro y el calcio.
Sus orígenes
El azúcar mascabo es originario de Isla Mauricio, una república insular africana situada en el suroeste del océano índico. Este endulzante llegó al continente americano de la mano de los Jesuitas, siendo la provincia de Misiones, en Argentina, una de las principales productoras de azúcar mascabo del país. Productores artesanales fabrican sus productos sin conservantes o aditivos. Además, este tipo de producción es más amigable con el medio ambiente, dado que tiene una menor cantidad de desechos nocivos para la tierra y para el planeta en sí mismo.
Mito o realidad: ¿El azúcar mascabo no engorda?
Mito. El azúcar mascabo contiene el mismo valor calórico que el azúcar refinado. El valor calórico del azúcar mascabo cada 100 gramos es prácticamente igual que el del azúcar refinada; mientras que el azúcar mascabo tiene 380 kilocalorías, el azúcar refinada tiene 387 kilocalorías.
Al igual que con el azúcar refinada, el exceso en su consumo puede contribuir a elevar el valor calórico de la dieta, a incrementar los niveles de glucosa y de triglicéridos en sangre.
Para el azúcar mascabo como para el resto de los endulzantes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que tanto para los adultos como para los niños, el consumo de azúcares libres se debería reducir a menos del 10% de la ingesta calórica total.